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LAS REACCIONES
1948. La pedanía de La Barca se crea a raiz de la reforma agraria franquista de finales de los años 40, a través del Instituto Nacional de Colonización.
1957. Fue declarada Eatim (Entidad Autónoma Territorial Inferior al Municipio). Ello le confiere una administración autónoma superior a la de las pedanías.
Legislatura 2003-2007. La Barca solicita a la Junta de Andalucía su escisión del término municipal de Jerez.
11-12-2007. La Junta de Andalucía certifica su rechazo a la petición de independencia de la pedanía. Hace así oficial algo que ya era un secreto a voces.
12-12-2007. El alcalde de La Barca anuncia movilizaciones contra este «batacazo a nuestas aspiraciones».
10-10-2008. Valenzuela vuelve a pedir a su partido la independencia de La Barca. También denuncia «irregularidades» en la elección de la nueva ejecutiva del PSOE en la pedanía. Las diferencias entre el regidor pedáneo socialista y la formación en la que milita son ya irreconciliables.
4-11-2009. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía deniega también a La Barca la posibilidad de independizarse, tras el recurso presentado por la Comisión de Segregación de La Barca.
CRONOLOGÍA
JOSÉ PULIDO VECINO «Me parece bien la segregación, si se estudian las ventajas» MAITE MORENO VECINA «No sé cómo va a afrontar La Barca los gastos si se independiza» FERNANDO CORBACHO VECINO «Yo estoy a favor, pero no creo que las cosas cambien demasiado» MANUEL FERNÁNDEZ CALA VECINO «Con los años que la llevamos pidiendo, nos la deberían dar ya»El TSJA denegó la independencia porque «no es viable económicamente» La Barca cumple los requisitos en cuanto a población y distancia desde JerezLa Barca de la Florida cree haber alcanzado la mayoría de edad hace mucho tiempo. Mira a sus hermanas, las otras seis pedanías (o Entidades Locales Autónomas, para ser más exactos), y quiere decirles que se independiza, que se va de casa, como en su día han hecho otros municipios como San José del Valle o El Cuervo. La Barca quiere gestionar sus propios recursos, quiere disponer de su propio dinero, pero de momento tiene que continuar aguantando con la paga que, mes a mes, le transfiere mamá Ayuntamiento (por algo le llaman Consistorio matriz).
La lucha por la segregación la lleva encabezando desde hace muchos años su alcalde, Roque Valenzuela. Sin embargo, al escudriñar las caras de los barqueños es fácil advertir, nada más sacar el tema, cierto cansancio. La batalla no está perdida, pero hay cierto desgaste. El último capítulo ha sido la negativa del Tribunal Superior de Andalucía al recurso presentado por la pedanía. La independencia tendrá que esperar. De hecho, el sueño de convertirse en el municipio número 45 de la provincia de Cádiz parece más lejano que nunca.
Un total de 20 kilómetros separan a esta pedanía de más de 4.000 habitantes de Jerez. Para llegar, primero hay que sortear las peligrosas curvas de una tortuosa carretera cuyo arreglo la Junta se ha comprometido a retomar en febrero. Algo muy necesario, teniendo en cuenta la cantidad de barqueños que trabajan en Jerez y a la inversa.
Eterna lucha
Una vez dentro de su territorio, es más fácil encontrar un cartel que indique la dirección hacia José Antonio (barriada rural) que hacia Jerez. «Llevamos muchos años luchando por la independencia», explica uno de los jubilados que se arremolinan junto a los bancos en la plaza del Ayuntamiento: Fernando Corbacho 'El Bueno' lo tiene claro. «Aquí lo que hace falta es que le den dinero al alcalde y que él lo dé a los trabajadores», asegura otro. Acaba de entrar en una de las cuestiones más complicadas: la económica.
Precisamente, la razón que alegó el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía para denegar el recurso presentado por la Comisión de Segregación de La Barca era «la inviabilidad económica del proyecto». Entonces, el alcalde barqueño mostraba su contrariedad por la sentencia asegurando que «el 85% de los vecinos deseamos la independencia, hartos de que desde la ciudad (Jerez) nos impongan, nos organicen y decidan el futuro de nuestro pueblo».
Las palabras de Valenzuela son cuestionables, al menos desde el punto de vista de la estadística. Buena parte de los habitantes está a favor, es cierto. Pero no se puede olvidar que, además de haber otra que no cree en la autogestión, están los que no lo tienen claro.
¿Es La Barca un pueblo viable económicamente, capaz de alcanzar la autonomía? Valenzuela no lo duda: «Si más de 560 pueblos andaluces más pequeños que La Barca son viables y sobreviven, muchos de ellos en condiciones más desfavorables, no será difícil convencer al alto tribunal de que La Barca se merece ser municipio». Sin olvidar la «situación ruinosa» del Ayuntamiento de Jerez.
Los otros requisitos que debe tener un territorio para poder convertirse en municipio los cumple La Barca. En cuanto a la distancia, la triplica, ya que se encuentra a 20 kilómetros de Jerez y la mínima exigida son siete. Ateniéndose a esta razón, cualquiera de las otras pedanías podría hacerlo, a excepción de Guadalcacín, que cada vez está más integrada dentro de Jerez.
Habitantes de sobra
Respecto a la población, antes la normativa exigía más de 2.500 habitantes. Ahora, más de 4.000. En ambos casos, está claro que se superan las condiciones.
En el grupo que forman José Pulido, Roque Pulido y Juan Segura gana el «sí», pero con matices en la mayor parte de los casos. «La gente de La Barca quiere la independencia», dice José Pulido. «Yo tengo mis dudas de que sea positivo», le corrige Juan Segura. «Si a mí me dicen los beneficios que tiene, entonces me decido», apostilla Roque.
Quizá ahí este el quid de la cuestión. Nadie ha sabido explicar bien este complejo asunto de las transferencias. El alcalde lo ve cristalino: «Tendríamos que rozar los tres millones de euros mensuales. Pero en 2010 tendremos 1.200.000 euros, y fruto de la pelea que tuvimos junto a otros dos pueblos».
Pero ni el otro Roque, ni José ni Juan lo ven tan claro. «Hay que hacer cuentas y ver si hay más gastos que beneficios», insisten. Respecto a su alcalde, piensan que «la gente está ya un poco cansada de él», pero recuerdan que «el anterior era mucho peor». Lo que ocurre, reconocen, es que «nunca se está contento».
Sobre el Ayuntamiento matriz, poco cambio han visto, tanto en cuanto a la independencia como en muchas otras cuestiones: «Pilar y Pacheco, son todos iguales. Con uno comíamos garbanzos y con la otra también». Aunque «ésta está haciendo bueno al otro», opina uno de ellos.
«Yo soy apolítica, pero la verdad, no creo que a La Barca le interese la independencia, porque de donde no hay...»., comenta por su parte Isabel Garrido. «Aunque quizá -añade poco después cambiando de opinión- sería positivo que pudiera disponer de su propio dinero como quisiera, algo que revertiría en los habitantes». En definitiva, admite que está «más a favor de la independencia, para que La Barca pueda gestionar sus propios recursos». Maite Moreno tiene sus dudas, e incluso está más en contra que a favor. Pero reconoce la parte positiva de ser independiente: «Si te equivocas, te equivocas tú».
Maltrato histórico
Muchos piensan que esta entidad local tiene mayoría de edad suficiente para afrontar este reto, sobre todo después de muchos años en los que apenas han visto beneficio respecto al trato que les ha dispensado el Ayuntamiento jerezano. Maite, eso sí, asegura que la pedanía está mejor ahora: «No tengo problema en reconocer que soy del PSOE y que estoy encantada con el cambio en Jerez. A Pacheco no le gustaban las pedanías ni las barriadas rurales y además apretaba mucho. Es verdad que ha hecho mucho por Jerez, cosas muy buenas, pero no por las pedanías. Éstas se han llevado lo que sobraba».
Una mujer, que prefiere mantenerse en el anonimato, se introduce en la conversación. No ha podido morderse la lengua más: «He tenido cuatro hijos y los cuatro han tenido que salir fuera de La Barca a trabajar. Yo también he estado fuera, trabajando con mi marido». La emigración es una de las principales salidas de los barqueños ante la importante situación de paro que existe allí. Algo a lo que no escapa el resto de Jerez, pero que se hace aún más asfixiante en la zona rural del municipio.
De hecho, uno de los colectivos más importantes de emigrantes jerezanos a Mallorca está formado, precisamente, por barqueños. La hostelería y la construcción son los sectores que generalmente acogen esta mano de obra. Aunque, como apunta una vecina, «ya ni ésa es la solución, porque la cosa está mal en todos lados». También en Mallorca. Por eso mismo, son muchos los que han tenido que volver en los últimos dos años.
La crisis económica está empeorando, lógicamente, esta situación. «Jerez no es una isla» que escape a la situación financiera global, ha reiterado en numerosas ocasiones la alcaldesa de Jerez. La Barca de la Florida, tampoco. ¿Es la independencia realmente una forma de escapar de esta situación, para que mejoren las cosas? La respuesta, de momento, tendrá que esperar.
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