En La Barca de la Florida, la diversión y la infancia tienen forma de niño sonriente que salta a la piola congelado en el tiempo, como estatua de bronce que decora las calles de la pedanía jerezana. Con ella, se recuerda a los más pequeños y a los mayores los tiempos en que, antes de la Wii, los niños disfrutaba de los juegos en la calle. Sin embargo, el pasado domingo, esa bucólica imagen que decoraba la calle de Cortes -cerca del Ayuntamiento- desapareció. Fue robada de madrugada, junto a la pieza de otra escultura cercana, en la que se representa a un niño que pesca en una barca, y de la que se llevaron un pescado de bronce.
Aunque la escultura ya fue objetivo de los vándalos hace un año, el alcalde de la pedanía, Roque Valenzuela, atribuye el nuevo suceso a la oleada de robos de materiales de cobre que sufre la zona en el último año. No en vano, este tipo de delito es también una epidemia en toda la provincia, ya sea a manos de particulares como de grupos organizados, que venden el metal al peso. Sin ir más lejos, el martes se detuvo a un hombre en Chipiona por robar 150 metros de tuberías en una obra, y a tres personas rumanas en Chiclana que intentaban entrar en una planta de reciclaje. Según Valenzuela, las figuras cuestan 4.000 euros, «pero en una chatarrería no pagarían más de 25 euros». «Hicimos una inversión para llevar algo de cultura a la calle», explicaba el alcalde, que «echa de menos más seguridad» y agentes en los pequeños pueblos.
1 comentario:
madre mia,4.000€ cada figurita,y luego nos quejamos de que no ahi dinero para hacer cosas mas necesitadas
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